Parece que fuera el otro día cuando decidimos emprender un negocio con la ilusión que siempre supone un nuevo comienzo. No teníamos ni idea de las cosas que aprenderíamos en el camino, ni de aquella estruendosa crisis que vendría después.
Pero el caso es que nos hemos ganado una buena experiencia, hemos creado una reputación y hemos elaborado una respetable cartera de buenos clientes. Gracias a ellos, hemos llegado a donde estamos, humilde pero incansablemente.
Y fuera de discursos… ¿qué mejor manera de celebrar nuestro cumple que con una promoción para todos aquellos que nos han ayudado a crecer?