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¿Por qué la tecnología del 3D Printing está a años luz de llegar a nuestros hogares?

La impresión en 3D se ha colocado en estos últimos meses en el ranking de las novedades tecnológicas que, como muchos auguran, van a revolucionar en gran medida nuestro estilo de vida. ¿Pero qué hay de cierto en esto? Y lo más importante, ¿cuánto vamos a tardar en poder imprimirnos desde nuestra propia casa un par de zapatos de Manolo Blahnik, el último modelo de Lamborghini, o un iPhone al más puro estilo DIY? Bien, pues parece que no lo veremos demasiado pronto.

zapatos 3d printing

La tecnología del 3D Printing en realidad no es cosa de hoy. Los desarrolladores llevan décadas (alrededor de 30 años, para ser exactos) trabajando en ello, aunque hasta el momento sólo se habían dedicado al desarrollo de prototipos. Es decir, que la impresión en tres dimensiones solamente tenía la función de construir maquetas de lo que más tarde crearían otras máquinas a escala real.

Entonces, ¿qué ha cambiado para considerar una revolución en el sector de la impresión en 3D? Esto parece haber venido a través de dos vertientes:

La ingeniería se frota las manos con el 3D Printing

Actualmente esta tecnología ya está siendo utilizada para construir partes reales de grandes proyectos de ingeniería, como por ejemplo en el sector de la aviación. La posibilidad de imprimir una forma con alto, ancho y profundidad X sobre casi cualquier material, resulta un gran avance en muchos aspectos.

A pesar de que actualmente hay un buen puñado de empresas invirtiendo en este sector, parece que no hay ninguna de ellas que destaque entre las demás, que sea el novamás en Bolsa o que esté dispuesta a presentar las novedades a corto plazo que consoliden esta revolución. Lo que me lleva a la segunda vertiente…

Ingeniería 3d printing

Mucho bombo en ferias comerciales y demás vías de difusión al alcance de usuarios

Lo que realmente está marcando las pautas de esta (en parte) «falsa revolución» es la difusión que se le da a esta tecnología, intentando llamar la atención de todos los públicos con unos usos que en realidad son poco funcionales. Sólo hay que bucear un poco entre las imágenes que nos presenta Google cuando le pedimos información sobre el 3D Printing. Calaveras mexicanas, figuritas de dragones, un vestido para Dita Von Teese o una réplica en miniatura de tu propia cara son las propuestas que se nos presentan.

El tema está en que los usos que se le puede dar a esta tecnología a nivel de usuario no pesan lo suficiente como para que una gran empresa invierta a niveles macroeconómicos, llegando a ser la impresora 3D el regalo de las próximas navidades. No, eso todavía no va a pasar.

Dita Von Teese 3D printing

Bien es cierto que se augura un futuro prometedor para la impresión en 3D fuera del mercado del consumidor medio. En realidad, la cosa promete en campos como el de la biotecnología, con el que se podría llegar a reconstruir partes de un órgano humano dañado. Pero como para todo, todavía quedan unas décadas para que lleguemos a ver estos avances en cualquier clínica u hospital.

Reconstrucción facial 3D printing

Por tanto, si para usos fuera del alcance de los mortales todavía va a tener que esperar, será muy difícil que veamos sobre el escritorio de nuestro despacho una impresora 3D, compacta y fácil de usar, para nuestras necesidades diarias, al menos en un corto plazo de tiempo. De momento, nos tocará conformarnos con soñar:

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